RESUMEN DE LA OBRA


CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Una de las obras más famosas de Gabriel García Márquez es Crónica de una muerte  anunciada, esta crónica  nos describe cómo es que  Santiago Nasar sufre este terrible desenlace luego de una noche de celebración en el pueblo por la boda majestuosa, pomposa  entre Bayardo San Román y Ángela Vicario. Los hechos se reconstruyen luego de 20 años, y con los testimonios de los habitantes del pueblo, quienes lo conocían y evidenciaron la tan penosa escena.               
Lo “raro”  de esta historia es que todo el pueblo sabe lo que le va a ocurrir, muchos intentan avisarle, pero no logran hacerlo, ya que no lo encontraban o eran avisados que ya había muerto. Él llega a enterarse de que lo van a matar, justo un momento antes que suceda el hecho, cuando su novia enojada desea su muerte diciendo: “ojalá los Vicario te maten”. Los asesinos, los gemelos Pablo y Pedro Vicario, hermanos de la novia, se lo han ido contando a todo el mundo durante la noche.
Los hermanos Vicario tuvieron su motivo: vengaron el honor de su hermana, ya que estos se enteraron que ella no era virgen y el causante de esta deshonra era supuestamente  Santiago Nasar.
Decidieron usar los cuchillos con los que mataban a sus cerdos, lo afilaron y esperaron hasta que amaneciera para ir a su encuentro; cuando vieron a Santiago Nasar se abalanzaron hacia él, lo acuchillaron, pero no salía ni una gota de sangre, el cuchillo estaba totalmente limpio, luego el cuchillo llegó a su vientre, fue aquí donde se desangró, sus tripas afloraron y a pesar de eso no moría.
En esta obra también  se nota claramente elementos de lo real maravilloso,   uno de ellos es describir como algo común un hecho totalmente extraño, inexplicable, irreal e insólito. Santiago Nasar desangrándose, con las tripas al descubierto, se levanta y camina hasta llegar al otro lado de su casa, saludando a las personas que ve, e incluso cuando se tropieza, recoge sus tripas, se reincorpora y sigue su camino. Y fue así que al llegar a  su casa dio su última señal de vida no logrando eludir lo que el destino le tenía preparado.

"El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo"



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